Basta alejarse un poco de los cazabobos para turistas que hacen mala sombra en la zona del Sacré-Coeur para encontrarse con la plaza Marcel Aymé. A través de la pared que da la espalda a la famosa basílica, un Dutilleul (Deltilo) de bronce surge en silencio. No sé cómo se habrá traducido la obra al español (¿el atraviesa-paredes?). Tampoco sé qué tanto se conoce a Aymé fuera del ámbito francófono.
Deltilo, un burócrata de enciclopedia, tiene el don de poder atravesar las paredes. Don que de un día para el otro decide utilizar para vengarse de su jefe, quien le hace la vida imposible. El cuento prosigue de manera divertida, acaso pueril. El fin es previsible. La administración francesa y la guerra están omnipresentes en varios cuentos. Este libro me parece un buen primer acercamiento al humor surrealista del prolífico Aymé.
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