Hay libros que son, en realidad, blogs. A primera vista esta aserción, que no es elogio o crítica, puede definir el libro de Galli. Una lectura detallada de las breves piezas que lo componen deja entrever sin embargo un esfuerzo en la construcción, que difícilmente corresponde al tiempo de los blogs. Galli, con una sintaxis a veces algo escueta, juega con el tiempo narrativo, con los planos, ensaya finales que sorprenden.
Al leerlo, como es natural, vienen otras lecturas. La figura de la hora sin sombra fue usada por Nietzsche antes, y ha de existir, necesariamente, desde la noche del tiempo. En Drácula, ciertas frases evocan al Neruda de El pueblo (Todos se irán, tú quedarás viviente). Ahora hace pensar en una canción de Sabina. Normal. En cada texto se nota que Galli ha leído.
Libro lúdico e inteligente, desafortunadamente corto, como su propio autor lo señala. Curioso, el texto que más me gustó es Aproximandro.
– o O o –
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