Durante toda la lectura de esta nouvelle sentí respeto por el narrador. Me resulta curioso porque suelo decantar rápidamente y ya al tercer párrafo estoy riéndome (bien o mal) o aplaudiendo o insultando el mamotreto o directamente pasando al libro siguiente. En esta sentí un respeto de catedral.
El narrador es sumamente eficaz en la creación rápida de ambientes. Me hace acordar a Modiano en eso. El estilo está realmente cuidado y la historia es muy inteligente, perfectamente construida, un poco al modo de La invención de Morel de Bioy, pero mucho mejor escrita. La transición entre una cotidianeidad banal y el mundo fantástico en el que termina la historia está muy bien lograda.
Un bemol: molesta la utilización sistemática de escuchar por oír. Hay una fruncida de seño además, que quiero atribuir a una errata.
Rescato como recursos del narrador la narración en segunda persona y el narrar algo que aún no sucedió (e.g. Te moverás unos pasos para que la luz de las veladoras no te ciegue). Recuerdo que hace unos cuantos años, recursos del estilo me habían llevado a abandonar Cambio de piel.
Excelente nouvelle. Vale la hora y media de lectura.
– o O o –
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