Entre paréntesis. Roberto Bolaño


En intermitente desacuerdo he recorrido las más de trescientas páginas de Entre paréntesis, conjunto de ensayos, artículos y discursos de Roberto Bolaño, de publicación póstuma.

A Bolaño se le podrían reprochar varias cosas pero jamás la franqueza. Me gusta su estilo (no en un sentido literario –que me resulta poco trabajado– sino retórico), su forma de abordar la ironía de una manera tan torpe (por frontal y llana) que no le permite acceder al sarcasmo y me hace pensar tanto en Buster Keaton.

Cuando ningunea a Isabel Allende, a Pérez-Reverte (no hay cómo leerte) o a Ángeles Mastretta, me digo que son coincidencias fáciles, pero al menos felices. Cuando festeja a Swift, Vila-Matas, Pitol, Felisberto Hernández o Borges, me digo que hay diálogo posible. Ya cuando aplaude a Jaime Bayly o Andrés Neuman (en una hipérbole que amerita otro post), me quedo pensando si realmente la literatura es un oficio peligroso.

Me resulta un escritor querible y, sin embargo, por momentos me da pena ver la línea divisoria tan claramente trazada. Bolaño refiere un cuento que Vila-Matas le hizo, de una conferencia sobre el exilio en la que participaban Benedetti, Peri Rossi y Monterroso. Los dos uruguayos hablaron del exilio como algo "atroz, espantoso" (sic), mientras que Monterroso lo relató como una experiencia feliz. Cero uruguayismo de mi parte, por supuesto (uruguayismo es que yo no le perdone cómo hace hablar a Auxilio Lacouture en su novela Amuleto). Nada que decir del calificativo de una experiencia de orden estrictamente personal. No. Pero Bolaño, identificándose con Monterroso, agrega:

El exilio, en la mayoría de los casos, es una decisión voluntaria. 

Que quede claro, la afirmación, además de infeliz, me parece estúpida. Una cosa es tomarse el buque o el avión para ver qué Walden te puede dar la vida. Monterroso se escapó de la dictadura de Ubico, quien tuvo que renunciar (luego de años de dictadura) porque una profesora fue asesinada en una manifestación reprimida. Entre este escenario de dictablanda un poco más dura que la de Terra y las dictaduras orquestadas por el Plan Cóndor hay un abismo que se refleja necesariamente en la vivencia del exilio. Bolaño no puede ignorarlo. No podía, quiero decir.

En el año 2002, un par de años antes de tropezarme con los libros de Abelardo Castillo, me di de frente con los de Roberto Bolaño en el Instituto Cervantes. Como con pocos escritores, he leído prácticamente todo lo que ha escrito (salvo 2666). En el acuerdo o no, Entre paréntesis es un libro fundamental para acercarse al escritor y a la persona. Es una gran pena que Roberto Bolaño haya muerto, quedan pocos escritores de estirpe con los que dé gusto discrepar.

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Javier CoutoJavier Couto (Montevideo, 1974) es narrador. En 2010 obtuvo una mención de honor por Voces (cuentos) en el XVII Premio Nacional de Narrativa “Narradores de la Banda Oriental”. Su novela Thot fue finalista del Premio Minotauro 2013 (Editorial Planeta). En 2014 obtuvo una mención de honor con su libro de cuentos Del otro lado, en el Concurso Literario Juan Carlos Onetti 2014 y la primera mención en el Concurso Internacional de cuentos Julio Cortázar.

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